Así como para algunas personas la última etapa de la vida es la excusa ideal para realizar la mayoría de los planes adeudados, para otros es el tiempo ideal para mantenerse muy poco activo. Lo cierto es que el organismo necesita de movimiento para mantenerse saludable.
Lograr acabar con el sedentarismo en adultos mayores ayuda considerablemente a reforzar su bienestar dado que trae numerosas consecuencias a corto y mediano plazo, dado que las personas estáticas tienden a estar menos sanas y generan mayor riesgo de desarrollar problemas de obesidad, enfermedades del corazón y accidentes cerebrovasculares, que otros. Además, la falta de movimiento puede dar lugar a aislamiento social y signos de soledad y depresión en mayores.
Un estilo de vida poco activo es el que supone poca o nula actividad física de la persona. Si bien son varias las rutinas que pueden ayudar a reforzar esta condición, la más habitual es la que se liga a estar sentado por muchas horas, sea por tareas de escritorio o de ocio.
En vista de esto, el principal propósito que nos proponemos a la hora de recomendar el entrenamiento cardiovascular en mayores es promover que el paciente alcance una vida diaria independiente y autónoma, enfocado a prevenir el envejecimiento y a que la persona disponga de un estado de bienestar ideal para su edad.
Para hacerlo posible, las actividades físicas centradas en sus intereses y necesidades son fundamentales.
Descubra los efectos de un estilo de vida sedentario, cómo implementar el movimiento en la rutina del ser querido y los grandes beneficios de ser más activo en la tercera etapa.
Si bien no se trata de una condición que se dé por sentada en cada persona, es posible establecer que, con los años, casi todos nos volvemos más ociosos, por eso es fundamental saber cuál es la causa del sedentarismo.
Si bien los orígenes pueden ser muy diversos y pueden ir desde la no planeación personal hasta el estrés y enfermedades, se trata en casi todos los casos de un inconveniente habitual en la sociedad moderna, que afecta a la mayoría.
El trabajo en casa, la desmotivación y la tecnología facilitadora que nos pone todo delante atentan en buena medida contra la promoción de la actividad física a toda edad. Sin embargo, los seres humanos precisamos de forma innata de otros estímulos y de movimiento.
Específicamente en los años de la vejez, las causas del sedentarismo suelen ser:
El sedentarismo y sus efectos o derivaciones suelen tener siempre una huella visible en el exterior físico, el peso y el movimiento de la persona, generando trastornos de diversa índole en la salud.
Una vida estática genera enfermedades relacionadas con el sedentarismo dado que el organismo consume menos calorías que las necesarias y así crea un desequilibrio entre lo que se ingiere y el gasto calórico real de cada día, elevando el peso.
El sedentarismo es un factor de riesgo altísimo para desarrollar enfermedades cardiovasculares, diabetes de tipo 2, sobrepeso u obesidad y algunos tipos de tumores.
También, las personas sedentarias son más propensas a padecer presión arterial elevada, así como colesterol malo y trastornos mentales de varias categorías.
Otros efectos del sedentarismo se asocian con la posibilidad de cursar debilidad muscular y osteoporosis, que se vuelven crónicas con el paso del tiempo y atentan contra la autonomía de la persona.
Para conseguir disminuir el riesgo de sufrir estas afecciones que comprometen la salud y bienestar, es fundamental levantarse y hacer rutinas periódicas que impliquen el movimiento.
Definitivamente, en Grupo Medincare creemos que las secuelas de no hacer actividad física en toda la vida y en particular en la tercera edad puede ser muy desfavorable para la persona, predisponiendo a enfermedades puntuales como las cardiovasculares, tensión elevada, obesidad, diabetes, artritis, artrosis y ciertos tumores.
La falta de movimiento en personas mayores muchas veces puede ser poco o nada perceptible, dado que el anciano puede verse supuestamente saludable, pero sin embargo estar desarrollando de forma apresurada el deterioro de su fluidez física y cerebral.
Llevar una vida sedentaria puede acarrear grandes malestares y consecuencias en la salud integral de la persona. Los periodos extensos sin actividad suelen generar sentimientos de soledad y apatía, como también depresión y angustia. Además, remarca la imposibilidad de establecer lazos sociales.
Cuando no se practica buena actividad física, comúnmente percibimos merma de energía y motivación para relacionarnos con otros, y nos concentramos menos. Los efectos del sedentarismo pueden ocasionar una huella grande en la vida social de los adultos mayores. Es decir, el sedentarismo y sus consecuencias en el adulto mayor se pueden apreciar de maneras que no siempre son vistas a primera mirada, pero están presentes:
Es preciso considerar un cambio de actitud frente al sedentarismo para prevenir males mayores. Veamos cómo evitar el sedentarismo en el adulto mayor. Lograr evitarlo en la edad adulta mayor supone alcanzar un mejor estado de salud física, más allá de la estética, y además potencia un cambio positivo y activo hacia la confianza propia de la persona y sus posibilidades.
Una de las mejores formas de ser más activo en la tercera edad es comenzar a sumar pequeños cambios a la rutina habitual. Moverse más en las situaciones cotidianas de casa e incorporar más actividad al aire libre como dar paseos al parque o nadar, ayudan mucho a reforzar la mejora en la condición y mantenerse activos e independientes por más tiempo.
Entre los consejos para evitar el sedentarismo en el adulto mayor encontramos:
Nutrición
Desarrollar un plan adaptado a cada persona en edad adulta es fundamental para evitar cuadros de obesidad y sobrepeso. Mediante una evaluación y seguimiento nutricional adecuado, se pueden diseñar dietas especiales para cada caso, también en pacientes diabéticos, celiacos e hipertensos.
Movimiento
Ante los trastornos típicos ligados al sedentarismo, la respuesta más eficiente de acuerdo a la OMS está en la actividad física, considerando que los mayores de 65 años deben realizar ejercicio al menos 3 veces por semana. Especialmente, indica que deben ser de intensidad media entre 60 y 75 minutos, siempre según las posibilidades de cada persona, para establecerse como activo.
Recreación
Junto a las actividades deportivas en casa o en salidas programadas a cargo de profesores y conocedores de cada área, las opciones lúdicas, artísticas y deportivas son altamente beneficiosas desde el aspecto de la salud física y emocional de los adultos mayores.
De esta manera, tan interesante como la cantidad o tipo de ejercicio es la la calidad del mismo. Nuestros servicios complementarios para el adulto mayor Seniorcare se orientan a esta dinámica, reforzando las rutinas saludables de nuestros pacientes de la tercera edad.
Para prevenir el sedentarismo en la tercera edad, otros recursos a considerar son:
Como vimos a lo largo del artículo, existen numerosas formas de prevenir el sedentarismo, alcanzando con la práctica suficiente de actividad física diaria y mejor alimentación. Desde Grupo Medincare motivamos a nuestros adultos mayores a mejorar su estilo de vida.